Como alimento horneado artesanalmente, las galletas se ven fácilmente afectadas por la humedad o la descomposición, por lo que su vida útil también es muy corta. Sin embargo, algunas galletas fueron enviadas durante varios días y aún sabían tan frescas y crujientes como si acabaran de hacerse. ¿Alguna vez te has preguntado por qué?
Muchas personas creen que se debe a los materiales y máquinas utilizados en la elaboración de galletas. Algunas personas también piensan que se debe al desecante. Aunque estos factores también tienen un impacto, la razón más importante es en realidad el empaque de las galletas. Diferentes materiales de empaque tienen un impacto clave en el sellado y la resistencia a la humedad de las galletas.
El secreto para mantener el producto fresco es la hermeticidad del envase. La característica de sellado del envase de papel puede ayudar a aislar el oxígeno y la humedad del aire, evitando así que el aire entre al envase y la humedad se desborde, permitiendo que las galletas mantengan su frescura original.
Al mismo tiempo, el envase de papel puede adaptarse mejor al tamaño y forma de las galletas, reduciendo el aire dentro del envase y evitando que las galletas estén expuestas a más aire, lo que disminuye la velocidad de deterioro. Además, no comprime excesivamente el espacio de movimiento de las galletas, evitando que se deformen o rompan.
Como todos sabemos, una de las características más destacadas del envase de papel es que es reciclable y ecológico. No contamina los alimentos y puede garantizar mejor la seguridad para los clientes, haciendo que estos se sientan más seguros respecto a la inocuidad alimentaria.
Por lo tanto, las características de sellado y protección ambiental del embalaje de papel son factores clave en el sellado y la protección contra la humedad para galletas.
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